Este finde he visto en Netflix la peli “Modo avión” que, entreteniéndote, incide sobre el uso “casi profesional” que de la exposición a Instagram hacemos los jóvenes (`tranqui´, que no te voy a hacer spoiler).

Hacer selfies y contar lo maravilloso de nuestra vida nos puede llevar a dejar de vivir intensamente como deberíamos esta etapa de la vida.

Seguro que sabes lo que significa “poner morritos”. Viene de la expresión inglesa “duck face” – cara de pato – que inventó un modisto para que las modelos no sonrieran.

Pero lo que seguro no sabes es que España es el segundo país con más muertes relacionadas con los selfies (tropezones, caídas, accidentes, atropellos…).

Los selfies se hacen porque queremos que nos vean, queremos mostrar una imagen al grupo… Antiguamente esto era narcisismo.

Con este miniartículo queremos que reflexiones un poco sobre ello, que no “construyas” un ego en redes que no existe, que no “construyas” un avatar idealizado, porque creemos que los jóvenes somos más que el postureo de los selfies. ¿No crees?

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